martes, 1 de noviembre de 2022

ORACION PARA LIBERAR 15 ALMAS DEL PURGATORIO

Oración para la liberación de las almas del purgatorio, penetrándose en los sentimientos de Nuestra Señora de los Dolores, cuando ella recibió en sus brazos a su Divino Hijo

- ¡Oh Fuente Inagotable de Verdad, cómo estáis tan agotada!

-¡Oh Sabio Doctor de los hombres, cómo te has vuelto mudo!

-¡Oh Esplendor de la Luz Eterna, cómo estáis tan apagado!

-¡Oh Amor Verdadero, cómo tu hermosa figura se ha deformado!

-¡Oh Altísima Divinidad, cómo me haces ver a mí en una tan grande pobreza!

-¡Oh Amor de mi corazón, cuán grande es Tu bondad!

-¡Oh Delicia de mi corazón, cuán excesivos y múltiples han sido tus dolores!

   Señor mío Jesucristo, Tú que tienes en común con el Padre y el Espíritu Santo una sola y misma naturaleza, ten piedad de toda criatura y principalmente de las almas del Purgatorio. Amén. 

NOTA EXPLICATIVA - Esta oración fue aprobada por el Papa Inocencio XI (Papa de 1676 a 1689) que concedió la liberación de QUINCE ALMAS del Purgatorio cuantas veces se rece dicha oración).

- Los Papas Clemente III (Papa de 1187 a 1191) y Benedicto XIV (Papa de 1724 a 1730) la enriquecieron con Indulgencia Plenaria.

- S.S. Pío IX (1792-1878; Papa desde 1846) confirmó esas disposiciones y agregó 100 días de indulgencia.

Se recomienda vivamente: Rezarla todos los días e implorar gracias particulares o especiales a cada una de las 15 almas liberadas cada vez.

EL DECENARIO DE LA PASION

Oración inicial:

Abrid, Señor, nuestros labios; alentad nuestros corazones y limpiadlos de vanos, impuros e impertinentes pensamientos; ilustrad nuestro entendimiento, inflamad nuestra voluntad, para que, con todo nuestro corazón, meditemos los pasos de vuestra Sagrada Pasión y muerte, con los acerbísimos dolores de vuestra Madre Santísima, y merezcamos ser oídos ante el acatamiento de vuestra Divina Majestad, que vivís y reináis en todos los siglos. Amén.

Se repite cinco veces para formar un Rosario de cinco dieces.

Decenario del Rosario:

Piadosísimo Jesús mío, mira con benignos ojos las almas de los fieles difuntos por las cuales has muerto y recibido tormento de cruz. R. Amén. 

Padre nuestro.

1. Jesús mío, por aquel sudor copioso de sangre que sudaste en el huerto, ten misericordia de las almas del Purgatorio (o del alma de N.)   

Avemaría…

2. Jesús mío, por la bofetada que recibió tu rostro venerable, ten misericordia de las almas del Purgatorio...   (o del alma de N.)  

Avemaría…

3. Jesús mío, por los crueles azotes que sufriste, ten misericordia de las almas del Purgatorio...  (o del alma de N.)             

Avemaría…

4. Jesús mío, por la corona de agudas espinas que traspasaron tu santísima cabeza, ten misericordia de las almas del Purgatorio...  (o del alma de N.)    

Avemaría….

5. Jesús mío, por los pasos que diste en la calle de la Amargura con la cruz a cuestas, ten misericordia de las almas del Purgatorio… (o del alma de N.)    

Avemaría….

6. Jesús mío, por tu santísimo rostro lleno de sangre, que dejaste impreso en el velo de la Verónica, ten misericordia de las almas del Purgatorio... (o del alma de N.)   

Avemaría….

7. Jesús mío, por la vestidura sangrienta que con violencia te desnudaron los sayones, ten misericordia de las almas del Purgatorio... (o del alma de N.)  

Avemaría….

8. Jesús mío, por tu santísimo Cuerpo clavado en la cruz, ten misericordia de las almas del Purgatorio...   (o del alma de N.)   

Avemaría….

9. Jesús mío, por tus santísimos pies y manos clavados con duros clavos, ten misericordia de las almas del Purgatorio...  (o del alma de N.) 

Avemaría….

10. Jesús mío, por tu costado abierto al borde de una lanzada, de donde manó sangre y agua, ten misericordia de las almas del Purgatorio (o del alma de N.)  

Avemaría….

V. Dales Señor el descanso eterno R. y brille para ellas la luz eterna
V. Descansen en paz  R. Amén.

Al finalizar las 5 decenas:

R. "¡Oh, Madre, fuente de amor! Haz que sienta tu dolor para que contigo llorar..."

Stabat Mater

Estaba la Madre dolorosa
junto a la Cruz llorando,
mientras su Hijo pendía.

Su alma llorosa,
triste y dolorida,
traspasada por una espada.

¡Oh cuán triste y afligida
estuvo aquella bendita
Madre del Unigénito!

Estaba triste y dolorosa,
como madre piadosa,
al ver las penas de su Divino Hijo.

¿Qué hombre no lloraría,
si viese a la Madre de Cristo
en tan atroz suplicio?

¿Quién no se contristaría,
al contemplar a la Madre de Cristo
dolerse con su Hijo?

Por los pecados de su pueblo,
vio a Jesús en los tormentos,
y sometido a los azotes.

Vio a su dulce Hijo
morir abandonado,
cuando entregó su espíritu.

¡Oh, Madre, fuente de amor!
Haz que sienta tu dolor
para que contigo llore.

Haz que arda mi corazón
en amor de Cristo mi Dios,
para que así le agrade.

¡Oh santa Madre! Haz esto:
graba las llagas del Crucificado
en mi corazón hondamente.

De tu Hijo lleno de heridas,
que se dignó padecer tanto por mi,
reparte conmigo las penas.

Haz que yo contigo piadosamente llore,
y que me conduela del Crucificado,
mientras yo viva.

Haz que esté contigo
junto a la Cruz;
pues deseo asociarme en el llanto.

¡Oh Virgen la más ilustre de todas las vírgenes!
no seas ya dura para mí;
haz que contigo llore.

Haz que lleve la muerte de Cristo;
hazme socio de su Pasión
y que venere sus llagas.

Haz que, herido con sus heridas,
sea yo embriagado con la Cruz
y con la Sangre de tu Hijo.

Para que no me queme y arda en las llamas,
por ti, oh Virgen, sea defendido
en el día del juicio.

¡Oh Cristo! Cuando hubiere de salir de aquí,
dame, por tu Madre,
que llegue a la palma de la victoria.

Cuando el cuerpo feneciere,
haz que al alma se le de
la gloria del Paraíso.
R. Amén. Aleluya.

Letanías de la Pasión del Señor

1.Señor, tened piedad de nosotros.
2.Cristo, tened piedad de nosotros.
3.Señor, tened piedad de nosotros.


4.Jesús, Verbo hecho carne y anonadado,              R. Tened piedad de nosotros

5.Jesús, hecho pobre por nuestro amor,
6.Jesús, que no teníais dónde reclinar la cabeza,
7.Jesús, que ayunasteis cuarenta días y cuarenta noches en el desierto,
8.Jesús, que para consuelo nuestro quisisteis ser tentado,
9.Jesús, calumniado en vuestros milagros, y acusado de arrojar los demonios en nombre de Belcebú,
10.Jesús, postrado en el huerto de los Olivos delante del Padre y cargado con los pecados del mundo entero,
11.Jesús, oprimido de tristeza, reducido a la agonía, y abismado en un mar de dolores,
12.Jesús, bañado en sudor de sangre,
13.Jesús, entregado por un pérfido apóstol, y vendido a vil precio como un esclavo,
14.Jesús, que abrazasteis con amor al traidor Judas,
15.Jesús, arrastrado con la soga al cuello por las calles de Jerusalén, y cargado de maldiciones,
16.Jesús, injustamente acusado y condenado,
17.Jesús, escarnecido, insultado y abofeteado,
18.Jesús, vestido con un traje ignominioso, y tratado de loco en la corte de Herodes,
19.Jesús, azotado, despedazado a golpes y nadando en sangre,
20.Jesús, coronado de espinas,
21.Jesús, comparado con Barrabás,
22.Jesús, entregado al furor de vuestros enemigos por la injusticia de Pilatos,
23.Jesús abrumado de trabajos y oprimido bajo el peso de la cruz,
24.Jesús, puesto y clavado en un infame madero,
25.Jesús, varón de dolores,
26.Jesús, obediente hasta la muerte de cruz,
27.Jesús, lleno de mansedumbre con los que os dieron a beber hiel y vinagre,
28.Jesús, que rogasteis por vuestros verdugos y los excusasteis con el Padre,
29.Jesús, que sacrificasteis, por nuestra redención vuestra honra y vuestra vida,
30.Jesús, que expirasteis en la cruz movido de vuestro amor a los hombres,
31.Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo, perdonadnos Jesús.
32.Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo, escuchadnos Jesús.
33.Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo, tened piedad de nosotros.
V. Jesús, que quisisteis redimirnos, muriendo por nuestra salvación en la cruz.
R. Aplicadnos los méritos de vuestra pasión y muerte.

Oración.

Dulcísimo Jesús, que por nuestro amor quisisteis vivir, padecer, y morir, concedednos la gracia de padecer con Vos, como Vos, y por Vos, a fin de que viviendo, padeciendo y muriendo en vuestro amor, seamos eternamente felices con Vos en la gloria. R.Amén.

Por las Intenciones del Santo Padre, las de la Santa Madre Iglesia y las del estado, por la propagación de la fé y para obtener las indulgencias concedidas al rezo de este rosario, que aplicamos por las benditas almas del purgatorio.

Pater, Ave, Gloria

Salve Regina
(Del sábado después de Pentecostés al Adviento)

   
Sálve Regína, Máter misericórdiae;
Vita, dulcédo, et spes nóstra, sálve.
Ad te clamámus, éxsules, fílii Evae.
Ad te suspirámus, geméntes et fléntes
in hac lacrimárum válle.
Eia ergo, advocáta nóstra,
Illos túos misericórdes óculos ad nos convérte.
Et Jésum, benedíctum frúctum véntris túi, Nobis post hoc exsílium osténde.
O clémens, O pía, O dúlcis Vírgo María.

V.: Ora pro nobis sancta Dei Genetrix.
R.: Ut digni efficiamur promissionibus Christi.

finalizamos este decenario de la pasión cubriéndonos con la sangre preciosa de Nuestro Señor Jesucristo.

Por  la señal de la Santa Cruz, de  nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

OCTAVARIO POR LOS FIELES DIFUNTOS DIA 1 INICIO DEL 1 AL 8 DE NOVIEMBRE

INVOCACIÓN INCIAL Y SALUDO (PARA TODOS LOS DÍAS)

V/ En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
R/ Amén.

V/ Comenzamos esta oración por los difuntos poniéndonos en la presencia de Dios. A él le invocamos con este canto recordando que el motor de nuestra vida debe ser el amor.

AL ATARDECER DE LA VIDA (Elijase sólo una estrofa para cada día) 

Al atardecer de la vida me examinarán el amor. (bis)

Si ofrecí mi pan al hambriento,
si al sediento di de beber,
si mis manos fueron sus manos,
si en mi hogar lo quise acoger.

Si ayudé a los necesitados,
si en el pobre he visto al Señor,
si los tristes y los enfermos
me encontraron en su dolor.

Aunque hablara miles de lenguas,
si no tengo amor nada soy,
aunque realizara milagros,
si no tengo amor nada soy.

OTROS CANTOS PARA LA ORACIÓN

ENTRE TUS MANOS

Entre tus manos
está mi vida, Señor.
Entre tus manos
pongo mi existir.

Hay que morir, para vivir.
Entre Tus manos
yo confío mi ser

Si el grano de trigo no muere,
si no muere solo quedará,
pero si muere en abundancia dará
un fruto eterno que no morirá.

RESUCITÓ

¡Resucitó, resucitó, resucitó, aleluya!
¡Aleluya, aleluya, aleluya, resucitó!

La muerte, ¿dónde está la muerte?                     Alegría, alegría, hermanos,
¿Dónde está mi muerte?                                     que, si hoy nos queremos,
¿Dónde su victoria?                                            es que resucitó.


Gracias sean dadas al Padre,                                 Si con Él morimos,
que nos pasó a su Reino,                                         con Él vivimos,
donde se vive de amor.                                        con Él cantamos: ¡Aleluya!

Día 1. LLAMADOS A LA SANTIDAD

La santidad no es el lujo de unas pocas personas, sino sencillamente una obligación para ti y para mí. BEATA TERESA DE CALCUTA

a) LA PALABRA DE DIOS NOS ILUMINA

De la carta a los Efesios Efesios 1, 3-14

Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en el cielo, y nos ha elegido en él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor. El nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, que nos dio en su Hijo muy querido. (...) El nos hizo conocer el misterio de su voluntad (...) En él hemos sido constituidos herederos, y destinados de antemano según el previo designio del que realiza todas las cosas conforme a su voluntad– a ser aquellos que han puesto su esperanza en Cristo, para alabanza de su gloria. Palabra de Dios

b) LA IGLESIA NOS ENSEÑA 

¿Para qué estamos en la tierra? (Youcat 1)
Estamos en la tierra para conocer y amar a Dios, para hacer el bien según su voluntad y para ir al cielo.

Ser hombre quiere decir venir de Dios e ir hacia Dios. Tenemos un origen más remoto que nuestros padres. Venimos de Dios de quién recibe la felicidad del cielo y la tierra, y somos esperados en su bienaventuranza eterna e ilimitada. Mientras tanto vivimos en la tierra. A veces experimentamos la cercanía de nuestro Creador, con frecuencia no experimentamos nada en lo absoluto. Para que podamos encontrar el camino a casa, Dios nos ha enviado a su hijo, Dios nos ha liberado del pecado, nos ha salvado de todo mal y nos conduce infaliblemente a la verdadera vida. Él es el camino la verdad y la vida. (Jn 14,6).

¿Debemos todos ser «santos»? (Youcat 342)

Sí. El sentido de nuestra vida es unirnos a Dios en el amor, corresponder totalmente a los deseos de Dios. Debemos permitir a Dios «que viva su vida en nosotros» (beata Teresa de Calcuta). Esto significa ser «santo».

Todo hombre se hace la pregunta: ¿Quién soy yo? ¿Para qué estoy aquí? ¿Cómo puedo ser yo mismo? La fe responde que sólo en la santidad llega el hombre a ser aquello para lo que lo creó Dios. Sólo en la santidad encuentra el hombre la verdadera armonía consigo mismo y con su Creador. Pero la santidad no es una perfección hecha a medida por uno mismo, sino la unión con el amor hecho carne, que es Cristo. Quien de este modo logra la nueva vida se encuentra a sí mismo y llega a ser santo.

c) NOSOTROS ORAMOS

Oramos por las intenciones del Santo Padre
† Padre nuestro
† Ave María
† Gloria

Terminamos con la oración final

ORACIÓN FINAL POR LOS DIFUNTOS
(PARA TODOS LOS DÍAS)

CANTO
(Estrofa para todos los días)

Tú nos dijiste que la muerte
no es el final del camino,
que aunque morimos no somos,
carne de un ciego destino.
Tú nos hiciste, tuyos somos,
nuestro destino es vivir,
siendo felices contigo,

sin padecer ni morir.
 

(Días pares)                                                                       (Días impares)

Cuando la pena nos alcanza                                       Cuando, Señor, resucitaste,
por un hermano perdido,                                                 todos vencimos contigo
cuando el adiós dolorido                                                 nos regalaste la vida,
busca en la Fe su esperanza.                                          como en Betania al amigo.
En Tu palabra confiamos                                                 Si caminamos a tu lado,
con la certeza que Tú                                                     no va a faltarnos tu amor,
ya le has devuelto a la vida,                                         porque muriendo vivimos
ya le has llevado a la luz.                                                 vida más clara y mejor. 

V/ Señor ten piedad
R/ Señor ten piedad

V/ Cristo ten piedad
R/ Cristo ten piedad

V/ Señor ten piedad
R/ Señor ten piedad

Padre nuestro que estás en el cielo...

V/ Dales Señor el descanso eterno
R/ Y brille para ellos la luz eterna

V/ Descansen en paz
R/ Amén

V/ Las almas de todos los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz
R/ Amén

V/ Sagrado Corazón de Jesús
R/ En vos confío

V/ Ave María Purísima
R/ Sin pecado concebida

LAS 9 ORACIONES DE SAN GREGORIO MAGNO EN FAVOR DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO

HAGAMOS ESTE OBSEQUIO A LAS BENDITAS ÁNIMAS DEL PURGATORIO.

El Papa Inocencio VIII, concedió a los que rezaren las nueve oraciones siguientes de San Gregorio, las siguientes indulgencias:

Cada día: 14.185.149 años de indulgencia.
En Viernes el doble.
En Viernes Santo: 8 indulgencias plenarias.

Y los que no saben leer, o muy enfermos, pueden rezar 20 Padrenuestros y 20 Avemarías frente a la imagen del santo, y ganan lo mismo.

Los que dijesen 7 Padrenuestros y 7 Avemarías frente a la imagen del Santo: 50.000 años de indulgencias y el Viernes Santo, indulgencia plenaria.

Hagamos este obsequio a las benditas almas del Purgatorio

Puede parecer que son grandes indulgencias y que no es necesario rezarlas a menudo, pero se hacen suave brisa fresca en la inmensidad del Purgatorio y del gran número de almas que allí se encuentran. Muchas almas padecen y pocos rezan por ellas. Rezar con tesón y con la mayor frecuencia que se pueda.

ORACIONES CORRESPONDIENTES

PRIMERA ORACIÓN

Señor mío Jesucristo, te adoro colgado de la Santa Cruz, coronada de espinas tu Cabeza. Te ruego que Tu Santísima Cruz me libre del ángel malo. Amén Jesús.

Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

SEGUNDA ORACIÓN

Oh Señor mío Jesucristo, te adoro en la Cruz herido y llagado, bebiendo hiel y vinagre. Te ruego que la lanza de Tu Santísimo Costado sea remedio para mi alma. Amén Jesús.

Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

TERCERA ORACIÓN

Oh Señor mío Jesucristo, por aquella amargura, que por mí, miserable pecador, sufriste en la Cruz, principalmente en aquella hora, cuando tu Alma santísima salió de tu bendito cuerpo, te ruego Señor, que tengas misericordia de mi alma cuando salga de esta vida mortal; la perdones y la encamines a la Vida Eterna. Amén Jesús.

Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria. 

CUARTA ORACIÓN

Oh Señor mío Jesucristo, yo te adoro depositado en el Santo Sepulcro, ungido con mirra y ungüentos fragantes. Te ruego Señor, que tu muerte sea remedio para mi alma. Amén Jesús.

Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

QUINTA ORACIÓN

Oh Señor mío Jesucristo, yo te adoro y considerando aquel tiempo cuando descendiste a los infiernos y de allí sacaste y pusiste en libertad en los cielos a los que allí estaban cautivos, te ruego Señor que tengas misericordia de mí. Amén Jesús.

Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

SEXTA ORACIÓN

Oh Señor mío Jesucristo, que estás sentado a la derecha del Padre Eterno, yo te adoro por tu santa resurrección de entre los muertos y Ascensión a los Cielos. Te ruego Señor que yo te pueda seguir y mi alma pueda ser presentada delante de la Santísimas Trinidad. Amén Jesús.

Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

SÉPTIMA ORACIÓN

Oh Señor mío Jesucristo, Pastor bueno, conserva y guarda a los justos, justifica y perdona a los pecadores, ten misericordia de todos los fieles y acuérdate de mí, triste y miserable pecador. Amén Jesús.

Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

OCTAVA ORACIÓN

Oh Señor mío Jesucristo, yo te adoro y contemplando que el día del Juicio vendrás a juzgar a los vivos y a los muertos y a los buenos darás gloria y a los malos condenación eterna. Te ruego Señor, por tu Santa Pasión, nos libres de las penas del Infierno, nos perdones y nos lleves a la Vida Eterna. Amén Jesús.

Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

NOVENA ORACIÓN

Oh amantísimo Padre, yo te ofrezco la inocente muerte de Tu Hijo y el amor tan firme de Su Corazón por toda la culpa y pena que yo miserable pecador merezco, y todos los pecadores: por aquellos enormes y gravísimos pecados míos y por todos mis prójimos y amigos vivos y difuntos. Te ruego tengas misericordia de nosotros. Amén Jesús

Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

OFRECIMIENTO

Estas oraciones las ofrezco a los méritos de la Pasión y muerte de nuestro Redentor Jesucristo, a quien pido y suplico me las reciba en descuento y satisfacción de mis culpas y pecados confirmándome lo que San Gregorio y otros Pontífices han concedido a quienes la rezaren delante de su imagen o la llevasen consigo y es mi voluntad que Dios nuestro Señor aplique lo que le pareciese ser bastante para sacar del Purgatorio el alma que allí estuviese y que fuese más de mi obligación gloria suya y de la Santísima Virgen María, a quien pido y suplico sea mi abogada con su Divina Majestad. Amén Jesús.

ORACIÓN

Oh altísima Cruz, oh inocente y preciosa Sangre, oh pena grande y cruel, oh pobreza de Cristo mi Redentor, oh Llagas muy lastimadas, oh Corazón traspasado, oh Sangre de Cristo derramada, oh muerte amarga de Dios, oh dignidad grande de Dios, digna de ser reverenciada. Ayúdame Señor para alcanzar la vida eterna, ahora y en la hora de mi muerte. Amén Jesús.

Que todos los fieles difuntos por la misericordia de Dios, descansen en paz. Amén Jesús.

CORONILLA DE LAS 5 AVEMARIAS POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO

ORACION INICIAL

¡Oh Santísima Virgen María, reina del purgatorio! Venimos a depositar tu corazón inmaculado una plegaria en favor de las benditas almas que expiran sus faltas del en el purgatorio. Dígnate escucharnos, benignísima Señora y Madre Nuestra, si ésta es tu voluntad y la de tu santísimo hijo. Amén.

1.- ¡Oh María reina del purgatorio! Te rogamos por aquellas almas, por lo cuales tenemos o podemos tener alguna obligación, sea de caridad o de justicia.

Dios te Salve María…

Dales, señor el eterno descanso y luzca para ellas la luz eterna. Descansen en paz. Así sea.

2.- ¡Oh María reina del purgatorio! Te rogamos por el alma de los abandonados y olvidadas, por las cuales nadie ruega. Tú, ¡oh Madre!, que te acuerdas de ellas, aplícales por los méritos y de los santos, y así como encontrara saludable, el refrigerio.

Dios te Salve María…

Dales, señor el eterno descanso y luzca para ellas la luz eterna. Descansen en paz. Así sea.

3.- ¡Oh María reina del purgatorio! Te rogamos, de la manera más especial, por aquellas almas que han de estar más tiempo padeciendo y satisfaciendo a la divina justicia. Ten compasión de ellas, ya que no pueden merecer, abrevia sus penas y derrama sobre ellas el bálsamo de tus consuelos.

Dios te Salve María…

Dales, señor el eterno descanso y luzca para ellas la luz eterna. Descansen en paz. Así sea.

4.- ¡Oh María, reina del purgatorio! Te rogamos, por las almas que han de salir más pronto de ese lugar de penas y expiación para que cuanto antes vayan a cantar en tu compañía las eternas misericordias del Señor.

Dios te Salve María…

Dales, señor el eterno descanso y luzca para ellas la luz eterna. Descansen en paz. Así sea.

5.- ¡Oh María reina del purgatorio! Te rogamos, finalmente, de una manera muy particular, por las almas que más padecen. Es verdad que todas sufren con resignación, pero sus penas son atroces que no podemos ni siquiera imaginarlas. Intercede por ellas, que Dios escuche tus maternales plegarias.

Dios te Salve María…

Dales, señor el eterno descanso y luzca para ellas la luz eterna. Descansen en paz. Así sea.

Oración final:

Señor Nuestro Jesucristo, por intercesión de tu Santísima Madre te hacemos estas súplicas a favor de las Benditas Ánimas del Purgatorio.